Comparto la idea y convencida estoy que el ser humano persiste en medio de la lucha interna entre bien y el mal, que se pone de manifiesto en nuestras acciones y al final de nuestras vidas es como seremos recordados en el mejor de los casos. Recordados por muy buenos o por muy malos, sin dejar de decir que, hasta para ser recordado como malo..hay que ser muy bueno siendo malo..que dicotomía pareciere.
A diario nos cuestionamos de una forma u otra lo que somos con perenne interrogante, que dejamos entrever en nuestras cotidianas exclamaciones con el uso inculto de los molestos modismos.
La búsqueda de respuestas, de razones que me dejen entender la humanidad de la que soy parte..es quizás, lo que me permita encontrar la explicación del porque somos lo que somos y tenemos lo que se dice merecemos. Algunos a un más increpados en el auto análisis de sus mitades humanas, por poner un valor, se cuestionan e intentan expulsar más bien reprimir, lo que entienden en un momento dado lo llena de frustración y vergüenza, fuerza que ha podido sobreponerse a lo sensato, a lo propio a lo adecuado o simplemente a lo esperado… ¿ pero esperado por quien?. Planteándonos entonces la hipocresía de una sociedad de valores en decadencia.
Es confuso y desgastante el intentar entender nuestro endeble yo frente a la fuerza, la imposición de un ello que arrastra y deja al descubierto nuestras debilidades y miserias humanas , que nos empequeñecen y que a diferencia de las novelas del bien y el mal, que en algún momento hemos hojeado, no agudizan nuestra inteligencia ni capacidades, al contrario, nos convierten en torpes e infelices, vulnerables incluso y entiendo que es ahí entonces, donde viene el reproche implacable a nuestro alter ego...por la parte que aunque débil es la que mantiene el equilibrio que nos permite interactuar en medio de la humanidad, alter ego que no es ficción , como se quiere decir , al menos no cuando se aplica el termino de manera, digamos prestada, a tratar de definir la personalidad que aflora cuando, la parte oscura, la egoísta la meramente vanidosa y al extremo lujuriosa de nuestra persona toma posesión de nuestra existencia.
Tema interesante que no encontraremos respuestas globales ni generales…ya que como hemos dicho antes, el individuo es el resultado de una realidad interiorizada que le permite configurar un yo, definitivamente siempre vulnerable a las tentaciones de nuestro lado oscuro, dando lúgubres tonalidades a nuestra personalidad oculta o alter ego, tonalidades que darán tenebrosidad a su proceder marcando el grado de maldad que de una forma u otra tenemos y somos capaces de poner de manifiesto.
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